16.9.09

Hollywood

Uno de los destinos que tenía programados cuando llegué a California era la ciudad de Los Ángeles. Es decir "Los Ángeles" y de inmediato aparecen en nuestra mente las imágenes de Hollywood y sus megaestrellas retozando en un mar de flashes y multitudes enfervorecidas, el glamour de la jet set, el paseo de la fama, las mansiones de lujo... Nada más lejos de la realidad.

El glamour de Hollywood representa una mínima parte de esta inmensa ciudad. Los Ángeles es una ciudad hueca, gris, desalmada. Su distrito financiero es una gigantesca mole de cristal y cemento, sus calles están vacías, no hay sitio para el encanto. La ciudad está atravesada de arriba abajo por carreteras tortuosas que se cruzan y superponen en puentes de varios pisos, haciendo una vuelta en coche por esta ciudad un viaje por una película de ciencia ficción. En definitiva, da la impresión de que es una ciudad moderna pero deshumanizada.

Hollywood es una atracción de feria cara y elitista. Es donde mayor densidad de cuerpos perfectos por metro cuadrado he encontrado en ningún sitio, ya sean masculinos o femeninos. La noche hollywoodiense es un frenesí de glamour de imitación, de señoritas embadurnadas en perfumes de frivolidad y de hombres con el cuello de la camisa levantado que caminan con esa altivez de los que se creen dignos de esa mujer preciosa que han visto bajarse de la limusina para entrar en el Play House. Y yo con mi camiseta del Carrefour y mis pantalones cortos, posado sobre la estrella de Marilyn Monroe (que por cierto, se encuentra en la puerta de un McDonald's), contemplando boquiabierto el devenir de luces y algarabías de aquel paraíso venido a menos.

Supongo que para que te guste esta ciudad debe gustarte el cine, porque si no tu cerebro no segregará ninguna sustancia excitante cuando pases frente al Actor's Studio en pleno Sunset Boulevard, o no disfrutarás la visita al museo de Hollywood, no repararás en que el decorado que preside el Hollywood Highland Center es de la película Intolerancia, etc. Para todos los demás, Los Ángeles es una decepcionante ciudad que tiene el glamour en el culo.

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