14.9.09

Despertar del sueño

Ya he vuelto de San Francisco. Estoy sumido en una mezcla pastosa de jet lag y depresión posvacacional, aderezados con un toque de resfriado post viaje en coche por las carreteras californianas con el aire acondicionado a toda hostia.

He despertado del sueño. Atrás dejo una parte importantísima de mí, una ciudad de la que caí enamorado perdidamente y de la que ahora sólo puedo imaginar qué estarán haciendo sus gentes allí, si caerá la niebla esta tarde o no, el sonido urbano de cualquier día. Como el enamorado que piensa qué estará haciendo su amada en este momento.

Málaga a la vuelta se me ha antojado más pequeña, humilde y monocromática que nunca. Supongo que es lo habitual cuando vuelves de un sitio tan lejano, grande y diferente. Lo primero que me encontré al entrar en la ciudad fueron los carteles de obras, señores mayores y edificios de viviendas sin pretensiones, la carnicería de la esquina, la cafetería de barrio con su olor a pan tostado. ¿Dónde están los rascacielos? ¿Y las calles rectas y perfectas, las cuestas imposibles, los mendigos delirantes? No llevaba ni un minuto en mi ciudad natal cuando ya estaba echando de menos San Francisco.

Volveré, por supuesto que volveré. Hasta siempre, San Francisco.

For those who come to San Francisco
Summertime will be a love-in there.

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