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"Si sigues cumpliendo años, acabarás muriéndote" dijo una vez Groucho Marx. El tiempo sigue su inexorable transcurso y nos lo recuerda un día al año para hacernos sentir un poco más desgraciados. Que no, hombre, que a mí me da igual, que yo ya he aceptado las reglas del juego. Me sentaré en los escalones de la puerta para ver cómo se deslizan las nubes en el cielo que gira, mientras se van desvaneciendo los minutos de mi existencia, y no diré nada. El gran plano-secuencia de la vida, que diría Pasolini. Por lo pronto abandonaré este sitio, que tengo una cita, tan ineludible como deseada, con la vida.

Hasta otra.