Dicen las malas lenguas que el nivel de patetismo a la hora de disimular la flojera de mantener un blog es proporcional al tiempo que transcurre entre entrada y entrada, y sobre todo, proporcional al número de reformas estéticas que se producen. En mi caso, al ser yo un enfermo de versionitis aguda, un esclavo de las tendencias 2.0, 3.0 y 457.0, no he podido evitar darle el enésimo lavado de cara a mi blog, de nuevo con el negro sobre blanco (el blanco sobre negro quema la vista, está más que comprobado), colorines agradables, compatibilidad garantizada hasta para el Lynx y un elegantísimo diseño de cabecera por cortesía de mi colega Chantikone. Por cierto, a ver quién adivina de qué película está sacada la imagen.
Juro y perjuro que, salvo por motivos de fuerza mayor, no cambiaré este diseño EN AÑOS.
24.2.09
El típico post para intentar revivir a un muerto
Publicado por Pedro Terrero a las 13:31
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